La playa es ese lugar precioso al que deseamos ir en cualquier época del año.
Sin embargo, ese espacio lleno de aprendizaje, diversión y relax es puesto en peligro constantemente por todos nosotros/as.
Depositar las colillas en un bote y tirarlas en casa cuesta muy poco esfuerzo y contribuimos no solo a conservar nuestras playas, sino también a respetar un espacio de ocio en el que nuestros niños/as están siempre presentes.
Y si además dejas de fumar, también estarás queriéndote más a ti mismo/a.
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¿LO SABÍAS?
Las colillas están hechas con acetato de celulosa, un material que puede tardar diez años en degradarse y que es consumido por los animales marinos.
Lo que el mar se lleva, a nosotros/as vuelve.
La playa es de todos/as...
Conoce, cuida, respeta y... ¡ ayúdanos a cuidar del Planeta!
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